¿Por qué contratar a un abogado digital?

En un mundo cada vez más tecnológico, el uso de Internet para realizar gestiones de la vida cotidiana crece diariamente. Según una encuesta reciente del INE, más del 65 % de los españoles usa Internet a diario. Desde compras cotidianas y contratación de servicios, a relaciones personales mediante el uso de redes sociales, búsqueda de información, consulta de noticias, casi todo lo hacemos ya por Internet. Si los ciudadanos nos hemos adaptado a las nuevas tecnologías, por qué no lo iba a hacer el profesional que tiene que escucharte, ayudarte y aconsejarte. ¿Cómo no se va a adaptar tu abogado a las TICs? Te explicamos a continuación por qué es necesario contratar a un abogado digital.

Si tú, como empresario, estás presente en la red, con tu web, y tus perfiles de Facebook, Twitter o LinkedIn, las relaciones con tus clientes, proveedores, colaboradores, también se harán a través de este medio. Hasta ahora, te han asesorado profesionales tradicionales porque el asesoramiento versaba sobre contratos o documentos en soporte físico, pero ahora que gran parte de tus relaciones profesionales se realizarán mediante Internet y las nuevas tecnologías, quizás haya llegado el momento de que te asesore un profesional especialista en el ámbito digital.

Pero antes de todo, intentemos definir o más bien acotar, un concepto tan amplio como lo es el derecho digital. Este ámbito del derecho se aplica a las operaciones jurídicas, comerciales y personales en las que se hayan utilizado medios digitales: ordenadores, Internet, telefonía u otros medios de tecnología avanzada. Hoy en día, hacemos un gran número de actividades empleando estos medios: comprar o contratar servicios por Internet, buscar información, establecer relaciones a través de redes sociales, adquisición de productos tecnológicos que nos hacen más fácil la vida, etc. Por tanto, si nuestra vida se va amoldando a las nuevas tecnologías, también el derecho y las leyes deben ir adaptándose.

El abogado digital conoce los detalles técnicos y jurídicos de estas operaciones que se producen a través de medios tecnológicos, sable aplicar las soluciones no tradicionales, es conocedor de los derechos que amparan a las partes, y de las leyes más actuales aplicables a estos casos. En definitiva, el abogado experto en nuevas tecnologías, deberá controlar todas las materias relativas a las cuestiones digitales, y aunque no exista una jurisdicción propia de lo tecnológico, ni una materia de derecho digital que se estudie como tal en el ámbito académico, sí existen determinados asuntos que para poder gestionarlos se deben tener previamente estos conocimientos digitales:

• Asesoría legal en páginas webs y comercio electrónico: aviso legal, cookies, normativa de consumidores y usuarios, contratación electrónica. El incumplimiento de estas obligaciones legales puede acarrear sanciones administrativas o problemas con los clientes.
• Asesoramiento legal para negocios en Internet e E-Commerce.
• Problemas con dominios y hostings: conflictos de titularidad, resolución de controversias ante el ICANN, relación con marcas y nombres comerciales.
• Asesoramiento en campañas de publicidad en redes sociales o en Internet, o de mailing marketing.
• Protección de datos personales y privacidad.
• Protección y defensa del honor de la persona física o jurídica en Internet.
• Derecho al olvido, para que Google u otro buscador deje de indexar el nombre de un usuario con una noticia antigua y que carece de interés público.
• Desarrollo y comercialización de softwares y aplicaciones tecnológicas: redacción y revisión de contratos de desarrollo de software, de licencia de uso o de cesión de derechos.

En la mayoría de las ocasiones, cuando iniciamos nuestros servicios de asesoramiento a empresas, estas ni siquiera tienen adaptada su web a la ley, ni tan sólo lo más básico que es el aviso legal. ¿Y tú? ¿lo tienes? Si estás empezando un proyecto de creación de web o de negocio digital y necesitas acompañamiento legal, no dudes en contactarnos. Te ofrecemos un pack de asesoramiento previo muy económico.